lunes, 21 de enero de 2013

Pantalones Simeón


No era su primer empleo.
Antes cosía por su cuenta
pero los pantalones estaban mejor pagados.
Casi cien pesetas por pieza.
Sin asegurar, claro.
Era mi hermano con doce años el que los entregaba casi siempre.
Y a la vuelta se compraba un helado o una librita Xan.
Cuando lo dejó -los autobuses dejaron de ir al centro y los viajes le salían demasiado caros- el jefe la visitó ofreciéndole más.

Esa vez dijo no.

1 comentario:

dijo...

P.D. Como hace 35 años, los autobuses siguen sin ir al centro, muchas modistas siguen trabajando en condiciones de precariedad, y por si fuera poco, ya no existen las libritas Xan.